Tras comer una sopita que nos ha salido de rechupete... sigo con Rusia.
El Martes de aquella semana que ya me queda hasta lejana, llegamos por la mañana a San Petersburgo, y tras un desayuno que prometía ser increíble, pero que se quedó en nada, comenzamos el tour por la Venecia del Norte.
Hicimos paradas en algunos de los lugares más pintorescos de la ciudad, pero he de confesar que estaba bastante cansado del no parar, así que de lo único que tenía ganas era de llegar al hotel y dormir una siesta. Sin embargo, puede sacar fuerzas para hacer algunas fotos.
Smolnyj Convent, Isaac Cathedral, Peter and Paul Fortress (aquí nos pegaron un pequeño susto: a las 12 del medio día disparaban un cañón y nosotros no teníamos ni idea), entre otros.
Una vez habíamos descansado unas horitas, lo único que teníamos que hacer era ponernos guapos e irnos a cenar a un restaurante típico ruso. Aquella noche éramos el típico guiri: juegos típicos, canciones típicas y cómo no, vodka.
Tras la cena viajecito en limusina con parada en los lugares más pintorescos de la ciudad, pero ahora de noche, y brindando con champán en cada parada. La última fue en la puerta de un pub, donde tras un poco de cerveza barata cada uno se iba cuando ya no podía más. La vuelta en taxi, como en toda Rusia, un show.
Oye que me gusta mucho tu blog, oye cari que como ves el mio en blanco mejor o peor que antes. Amm te he contestado tu comentario en mi blog ale ves pasandote, ajajajaja!!!
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