Bueno, a lo que iba: el viaje a Rusia.
Por la mañana tras desayunar en el buffet (y como buen español llenarme la mochila de comida) nos fuimos a ver el Kremlin, la parte más antigua de la ciudad de Moscú.



Tras tomar el lunch a prisas y carreras (por supuesto de lo "robado" del hotel) y de camino hacia el metro, pudimos ver la Eternal Flame, una llama que permanece encendida siempre en honor a los soldados caídos.
Y nada, ya en el metro de camino a Tretyakov Art Gallery, donde aprendí mucho sobre el arte ruso. Obras de el siglo XII hasta de arte actual que mostraban la enorme diferencia entre la evolución del arte europeo y el ruso.
Tras esto, y casi casi volando, al Circo... simplemente genial.
Al final no se si por mareo o por el alcohol... pero llegamos dobladitos al Karma bar... aunque no era muy de lo nuestro y nos pillamos de estragis un taxi hacia propaganda... cual fue nuestra sorpresa que allí había fiesta gay, y que las mujeres no podían entrar!!! Así que cambio rápido de planes y al bar de al lado jaja.
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